Las pirámides, los conos volcánicos, el "árbol de la vida" son analogías de un mismo concepto: nuestra realidad, nuestra vida, está regulada por el movimiento de los astros, los sucesos o fenómenos terrestres, y los sucesos o fenómenos del interior de la tierra. Nuestra existencia y nuestros quehaceres dependen de ellos y están sujetos a ellos. Es preciso observarlos, estudiarlos y ajustarnos a sus ritmos; es por eso que el conocimiento es tan importante; superar el nivel de percepción es tan importante. Cuando más se asciende en el conocimiento, más abarcativa es nuestra comprensión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario